El ser Jesuita implica para este
escolar, a punto de ser Diácono, en sus palabras “un compromiso con la
justicia real, con la intelectualidad, que tiene su asidero en la
inserción en la vida de la gente y en la entrega de los propios dones”.
Significa también crear carismas y apostolados, de acuerdo con el
contexto y desde el sentido de cuerpo.
César Muziotti, S.J, no habla mucho de sí mismo, sigue al pie de la letra la filosofía de su Papá cuando dice: “A mi que me pregunten sobre los demás. Sobre cómo soy yo, es mejor que lo digan los otros”. Por ello la gente lo define como cómico, sincero y directo.
Este venezolano recibirá la Ordenación
Diaconal en ceremonia presidida por Monseñor Rubén Salazar, el próximo 8
de diciembre, en la Parroquia de San Javier en Bogotá.
Antes de entrar en la Compañía de Jesús
estudiaba Publicidad en Medios de Comunicación, en Puerto La Cruz,
estado Anzoátegui, su ciudad natal, cuando confirmó que quería comenzar
un proceso de discernimiento con los jesuitas, dejó la carrera
faltándole sólo un semestre par graduarse.
Cree en la honestidad, disfruta dibujar,
pintar, ir al cine, tomar algo con amigos cercanos. Gusta del fútbol,
de un buen juego de bolos y define a la lectura como una de sus
pasiones. Le disgusta la mentira y la incoherencia. Es paciente, pero
reconoce que se desespera un poco cuando algunos procesos importantes se
vuelven lentos.
A sus treinta y tres años, el Escolar
César Muziotti, dice que el sacerdocio le dará la oportunidad de
sentirse invitado a ser uno de los que sirven la mesa eucarística, con
el único poder de querer construir comunidad para todos aquellos que
buscan compartir la comida de aquel que invita a ser Iglesia en
fraternidad, perdón y humildad.
Su vocación nació cuando tenía 15 años y
se fue a vivir con su familia a una pequeña comunidad al oriente de
Venezuela, en el Estado Monagas, llamada Jusepín. Allí una religiosa del
Sagrado Corazón de Jesús, María Mercedes García, quien fuera su
profesora de latín y francés en el área de Humanidades, le invitó a
hacer el curso de Confirmación que incluía visitas a los barrios más
pobres del pueblo. En ese lugar, vio la pobreza de su país “cara a cara”
por primera vez. Luego vinieron sus estudios en la universidad y
finalmente la decisión de querer dedicar su vida a Jesús de Nazaret y a
servir a los menos favorecidos.
Estudió Educación, con mención en
Filosofía en la Universidad Católica Andrés Bello, en Caracas, ahora
esta terminando Teología en la Universidad Javeriana. Asegura que su
acercamiento a la Teología y su estudio, obedece al deseo de aventurarse
en un conocimiento profundo sobre el tema y crecer en el seguimiento de
Jesús de Nazaret, desde los ámbitos eclesiales, buscado una palabra
sencilla y evangélica, que se parezca a la del Señor.
El ser Jesuita implica para este
escolar, a punto de ser Diácono, en sus palabras “un compromiso con la
justicia real, con la intelectualidad, que tiene su asidero en la
inserción en la vida de la gente y en la entrega de los propios dones”.
Significa también crear carismas y apostolados, de acuerdo con el
contexto y desde el sentido de cuerpo.
Por Luz Mery Cortés León, Coordinadora de Comunicaciones de la Fundación Amar y Servir
Publicado en Noticias de la Provincia de Colombia

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